Jesucristo
cumple mis sueños:
En el año anterior experimentamos
los altos y los bajos de la vida. Es como una sinfonía, una música compuesta de
parte de nosotros y de Dios. Hay tiempos en que pudimos ver las riquezas de la
vida y de vez en cuando vivíamos en el universo de la alegría, un lugar de
varios sentimientos, emociones, un lugar grande, misterioso en donde uno se
puede perder. A le vez, estando en lo más alto, mirábamos hacia abajo y
reconocimos que no siempre pudimos vivir una vida en alegría, la mirada hacia abajo
nos mostró la realidad del mundo. En este momento de aceptación de la realidad
de la tierra, ella se convirtió para algunos en el reflector de una vida llena
de tristeza.
Para serles sincero yo creo que cada uno que vive en el mundo ha
sufrido de preocupaciones y desesperaciones hasta las persones que tienen
todas las posibilidades para mantener su bienestar, también sufren de tales
sentimientos causados por el vació que uno siente en la vida.
Uno andando en este
mundo solo conoce un tipo de tristeza pero la palabra de Dios nos enseña la
doble cara de este término, 2 Corintios 7 verso 10 dice: “Porque la tristeza
que es según Dios produce arrepentimiento para salvación, de que no hay que
arrepentirse; pero la tristeza del mundo produce muerte”. Que interesante es que la tristeza según la
voluntad de Dios nos lleva al reconocimiento de nuestros problemas. Igualmente
la tristeza que hemos aprendido a conocer en este mundo nos lleva al estado de
un reconocimiento de nuestras debilidades y errores que hemos hecho en la vida
pero con una diferencia: Dios te muestro tu YO no para que te hundas en un lago
de fracasos, donde fácilmente uno se ahoga, mas bien te hace reconocer que con
Su ayuda tu puedes vivir una vida llena y pura, mientras el mundo te deja
sentir, te deja ver, te deja oír la imposibilidad de tener una vida en
complementa paz.
Querido lector, no solo
tú has vivido fracasos, no solo tu fuisteis incapaz de alcanzar las metas que querías
alcanzar en el año 2012, son millones igual como tu cuyos sueños no se cumplieron.
Te digo, que aun yo no he alcanzado mis sueños, pero no me arrepiento haber
aceptado a Jesús como mi Salvador, sino fue la tristeza según Dios que me dejo
ver que solo con Jesucristo puedo alcanzar, tocar y arrebatar lo que yo me
propuse. Te invito que aceptes después de leer estas palabras escritas nacido
en el corazón de Dios, a Jesucristo como tu único Salvador y Fortaleza.
Repite en alto voz:”
Señor Jesús, tú que estas sentando a la diestra del Padre celestial, hoy en
esta hora vengo delante de ti, reconociendo mis pecados y mis debilitadas. Te
pide perdón por todo lo malo que cometido pero sobre todo te pido por
fortaleza. Ayúdame Padre celestial para alcanzar en este año las metas que yo
me propongo.” Amen
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