sábado, 8 de diciembre de 2012

Oir, ver y hablar


Oír, ver y hablar

Desde nuestro nacimiento somos privilegiados de parte de Dios, primeramente porque él nos da la vida, pero hay tres características de nuestro cuerpo que Dios los ha formado para un propósito, cuyo nombre es la salvación de Cristo. Estas tres características sirven para que nosotros podamos entender lo que es la salvación, en Isaías 29: 18 dice: “En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. “

Lo que Dios nos enseña son los pasos cronológicos para recibir la salvación, lo primero que Dios hace es abrir nuestro oído que no permitió escuchar la palabra de Dios, porque al vivir  en   pecado somos sordos y no hábil de atender la palabra de Dios. ¿Que significa oír? Es percibir el sonido (lat. audire), en este caso percibimos el sonido de la palabra de Dios y  no es el sonido de la voz del  hombre que nos predica sobre la biblia. La palabra entra en nuestro ser  y lentamente desde adentro hacia fuero Dios nos abre los ojos en medio del pecado para ver lo que en realidad somos y lo que Dios en realidad es. Cuando Dios nos quita el velo negro del pecado que tapaba nuestra vista, empezamos a percibir por medio de los ojos el amor de Jesucristo que perdona y restaura. Todo este proceso Dios lo permite para que al final de cuenta podamos  expresar nuestros pensamientos, sentimientos por medio de palabras. Después que Dios penetro con su palabra nuestros corazones, después que el nos mostró el resplandor de su Majestad, Dios nos hace hablar  lo que él quiere escuchar de nosotros desde el momento que nacimos.” Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y él en Dios.” (1 Juan 4: 25)

Amigo,  no tengas miedo de lo que Dios quiere hacer contigo, permítele al Padre celestial que te pase por este proceso, escucha Su palabra, abre tus ojos y alza tu voz hacia el cielo y confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, tu único Salvador y serás salvo de toda maldad y perdonado de todo pecado. Es tiempo de percibir lo que Dios te quiere dar, un regalo que vale más que oro y plata y este es la salvación por medio de Jesucristo. Amen

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