Oír,
ver y hablar
Desde nuestro
nacimiento somos privilegiados de parte de Dios, primeramente porque él nos da
la vida, pero hay tres características de nuestro cuerpo que Dios los ha
formado para un propósito, cuyo nombre es la salvación de Cristo. Estas tres
características sirven para que nosotros podamos entender lo que es la
salvación, en Isaías 29: 18 dice: “En
aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos
verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. “
Lo que Dios nos enseña
son los pasos cronológicos para recibir la salvación, lo primero que Dios hace
es abrir nuestro oído que no permitió escuchar la palabra de Dios, porque al
vivir en pecado somos sordos y no hábil de atender la
palabra de Dios. ¿Que significa oír? Es percibir el sonido (lat. audire), en
este caso percibimos el sonido de la palabra de Dios y no es el sonido de la voz del hombre que nos predica sobre la biblia. La
palabra entra en nuestro ser y
lentamente desde adentro hacia fuero Dios nos abre los ojos en medio del pecado
para ver lo que en realidad somos y lo que Dios en realidad es. Cuando Dios nos
quita el velo negro del pecado que tapaba nuestra vista, empezamos a percibir
por medio de los ojos el amor de Jesucristo que perdona y restaura. Todo este
proceso Dios lo permite para que al final de cuenta podamos expresar nuestros pensamientos, sentimientos
por medio de palabras. Después que Dios penetro con su palabra nuestros
corazones, después que el nos mostró el resplandor de su Majestad, Dios nos
hace hablar lo que él quiere escuchar de
nosotros desde el momento que nacimos.”
Todo aquel que confiese que Jesús es el Hijo de Dios, Dios permanece en él, y
él en Dios.” (1 Juan 4: 25)
Amigo, no tengas
miedo de lo que Dios quiere hacer contigo, permítele al Padre celestial que te
pase por este proceso, escucha Su palabra, abre tus ojos y alza tu voz hacia el
cielo y confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, tu único Salvador y serás salvo
de toda maldad y perdonado de todo pecado. Es tiempo de percibir lo que Dios te
quiere dar, un regalo que vale más que oro y plata y este es la salvación por
medio de Jesucristo. Amen
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