Unidad a través de la sujeción
En
el tema anterior “Las naciones gimen por unidad” hemos analizado la importancia
de mantener la unidad entre nosotros
aunque tengamos diferentes puntos de vista, nunca deberíamos actuar
rebeldes por un desacuerdo.
Pues
en tiempos de elecciones es difícil de mantener sus emociones en un estado de
paz porque nosotros que somos formados por la sociedad y tenemos influencia
política de parte de la historia y costumbres políticas de nuestra familia,
queramos o no queramos, ya de antemano tenemos nuestros conceptos políticos
sobre como un gobierno debería gobernar. Muchas veces nos negamos de escuchar
la oposición y nos encerramos en un solo pensamiento que hemos concebido a
través de la sociedad en cual crecimos. Déjenme decirle una verdad: Somos seres
humanos con defectos, así también el gobierno consta de hombres y mujeres que
tienen debilidades que pueden influir las decisiones del gobierno.
Lamentablemente en el caso cuando no estábamos de acuerdo sobre las decisiones
que toma un gobierno, le echamos la culpa por todo el mal que nos pasa, ósea
sufrimos una situación difícil en el trabajo y el primero que tiene culpa es el
gobierno.
Hasta
llegamos a un punto que todo lo mal que
nos pasa es por causa de las decisiones incorrectas de un sistema político, en
vez de buscar trabajo pasamos horas sentados leyendo el periódico o viendo las noticias en la televisión, quejándonos que el gobierno no está haciendo nada
para nosotros. Veamos lo que Dios nos dice sobre esta situación en Romanos 13:
1: “Sométase
toda persona a las autoridades superiores, porque no hay autoridades sino de
parte de Dios y las que hay, por Dios han sido establecidas.” Todo los
presidentes, vice presidentes, diputados están en su lugar porque Dios quiere
que sea así ¿Porque el permite que estas personas sean llamadas autoridades
superiores? Solo Dios lo sabe, pero lo que nos pide es someterse, sujetarse a
estas autoridades. Sujetarse significa no murmurar, sujetarse significa no
criticar, sujetarse significa no conspirar contra el gobierno. “De
modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste y los
que resisten, acarrean condenación para sí mismo “Dios le ha dado la
autoridad a los gobiernos para castigar y ejercer juicio por eso él nos enseña
para no tener temor a las autoridades debemos portarnos bien, Romanos 13: 6,
7,8 dice:
“Pues
por esto pagáis también los tributos, porque son servidores de Dios que
atienden continuamente a esto mismo. Pagad a todos lo que debéis: al que
tributo, tributo; al que impuesto, impuesto; al que respeto, respeto; al que
honra, honra. No debáis a nadie nada, sino el amaros unos a otros; porque el
que amar al prójimo, ha cumplido la ley”
Entonces
no solo sujetémonos a las autoridades para no ser castigados, es más un deber
de conciencia. Esto incluye el gran mandamiento de Jesús, amar a su prójimo como a ti mismo, y el que ama a su prójimo ha cumplido lo que la ley ordena.
Podemos
ver que la ley suprema de amar a su prójimo no es un acto de pura obligación
que tenemos que seguir estrictamente aunque no nos guste, la ley que Jesús
constituyo está basada en el amor, solamente así podemos cumplir nuestro deber
hacia la sociedad. La sujeción no significa que somos esclavos oprimidos, la sujeción
nos enseña de no caer en rebeldía, recuerden que fue Dios quien estableció las leyes en los
cielos y la tierra, a quien
al final realmente seguimos y obedecemos es Dios y el no nos limita más bien
nos da toda libertad.
Naciones,
ciertamente y no les voy a mentir, yo fui uno de ellos que criticaba a los gobiernos,
por la tanto les puedo confirmar que la sujeción trae paz y unidad, no solo en
sus países, también en sus hogares y en sus trabajos. Si hay en su continente o
en su país una elección pídanle a Dios que sea él eligiendo la autoridad
correcta para garantizar el bienestar
del país. Aunque estemos en un país donde la muerto tomo dominio, ore a Dios
que cambie las cosas, no es el partido, ni el gobierno de quienes ustedes
dependen sino es Dios, que los bendice a través de la gente.
Queridos
amigos, acepten a Jesús como su único Salvador y cumplen con el mandamiento
supremo cual consta en amar a su prójimo como a ustedes mismo, porque el Señor
dice: Por la bendición de los rectos la cuidad será engrandecida (Proverbios
11: 11)
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