Una mirada hacia arriba
Qué bonito es caminar en la calle
y pasear de vez en cuando atravesando
cuadra por cuadra, distrito por distrito, pensando sobre las cosas de la vida.
A la verdad me encanta sentarme en el parque, mirando la cantidad de gente,
caminando en tal manera que parecían como una corriente fuerte de un rió
Disfruto ver las diferentes expresiones puesto en los rostros de ellos. Algunos
van sonriéndose, otros van tristes o van con caras arrugadas por estar
enojados. Al fijar me en ellos me doy cuenta que todos ponen su mirada hacia
delante, hacia la izquierda, a la derecha o hacia abajo, pero nunca hacia
arriba. Pude notar que nuestra mirada está encerrada y la percepción solo capta
lo que la tierra contiene. Reflexionando de lo que vi decidí de relajar me y me
puse a mirar hacia el cielo.
Sinceramente nosotros tenemos la
costumbre de no ver hacia arriba porque siempre nos enfoquemos en las cosas de
la tierra. “Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. “Esto
nos dice en la palabra de Dios en Colosenses 3 /2, un verso, en cual Dios nos a
conseja de poner la mirada a las cosas de arriba, donde no solo encontramos
nubes blancas y un cielo de color azul claro sino vemos un lugar lleno del
libertad. El ver hacia arriba significa salir por un momento del esquema
terrenal, en cual muchas veces solo miramos prostitución, enfermedades, guerra
y un sin número de maldades. Pero al ver
las cosas de arriba encontramos una salida de este mundo y entramos en un
refugio lleno de paz y amor. Viendo al cielo nos liberta de toda carga y
preocupaciones.
Amigo, no te fijes, ni te afliges
por los problemas que tienes en la tierra, tomate un tiempo y mira hacia
arriba, mira le a Jesús en los ojos que está sentado a la diestra de Dios. Acéptalo
como tu único Redentor y puesto tu mirada hacia arriba, al refugio del amor
eterno, cual es Jesús.
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