NO ES TAN ABSURDO
Hace algún tiempo, un hombre me dijo: - Moody, la doctrina que usted predica es de lo
más absurda. Usted afirma que los hombres sólo tienen que creer para que se cambie
todo el curso de su existencia. Nadie va a cambiar su vida meramente por creer.
Yo le respondí que creía poderle convencer en menos de dos minutos que el evangelio
decía la verdad, y entonces le dije:
Entendámonos bien. Usted dice que a un hombre no lo afecta lo que cree, y que ello no
ha de cambiar el curso de sus acciones.
- Así es.
- Supongamos, entonces, que un hombre se asomara a esta puerta y nos dijera que la
casa se esta incendiando. Si usted creyera sus palabras, saltaría por la ventana para
ponerse a salvo, ¿no es cierto?
- Ah, - respondió-. No se me había ocurrido pensar de esa manera. Es que las creencias,
la fe, son la base de la sociedad, del comercio y de todo.
Hace algún tiempo, un hombre me dijo: - Moody, la doctrina que usted predica es de lo
más absurda. Usted afirma que los hombres sólo tienen que creer para que se cambie
todo el curso de su existencia. Nadie va a cambiar su vida meramente por creer.
Yo le respondí que creía poderle convencer en menos de dos minutos que el evangelio
decía la verdad, y entonces le dije:
Entendámonos bien. Usted dice que a un hombre no lo afecta lo que cree, y que ello no
ha de cambiar el curso de sus acciones.
- Así es.
- Supongamos, entonces, que un hombre se asomara a esta puerta y nos dijera que la
casa se esta incendiando. Si usted creyera sus palabras, saltaría por la ventana para
ponerse a salvo, ¿no es cierto?
- Ah, - respondió-. No se me había ocurrido pensar de esa manera. Es que las creencias,
la fe, son la base de la sociedad, del comercio y de todo.