Queridos países en África,

Agradecido y siempre orando por vosotros, amados amigos en el continente África. La razón por esta carta es  la siguiente. El Señor de señores Jesucristo me mostró hace algunos días una visión, en cual pude ver los pies de Cristo caminando sobre un charco de agua y a su alrededor corrían niños de descendencia africana, jugando, brincando y saltando.  Este vistazo que Dios me permitió me enseño que Cristo estaba caminando en medio de los países africanos, su palabra trajo un avivamiento en las ciudades en cuales había sequedad y el Dios de los cielos y de la tierra está en este momento llenándolos con el agua de vida.

Amigos de África del Sur, este, oeste, norte y central, hoy os bendigo sus familias, sus casas, sus trabajos y declaro que cada uno al leer estas letras van estar llenos de la gloria de Dios, no miren los problemas que tengan alrededor, no se enfoquen en lo que no tienen, más bien consideren lo que está en sus manos, lo que está a su alcance y esto no es algo pequeño, no es un pedazo de pan, ni una vaso de agua potable, lo que tienen cerca de ustedes, cerca de sus bocas, de sus corazones es la palabra, para que la confiesen. Confiesen a Jesucristo como su único Salvador reconozcan que él es quien te puede sacar de toda pobreza, de todo peligro y de toda crisis, sea en la familia o en el trabajo.

Mis queridos amigos de cierto os digo que el Dios viviente está entre vosotros sanando sus heridas, levantando los quebrantados y pintando una sonrisa en los rostros de sus hijos e hijas.

“Alma mía, en Dios solamente reposa, porque de él es mi esperanza. El solamente es mi roca mi salvación. Es mi refugio, no resbalare. “la palabra en el Salmo 62 5- 6, nos declara que nuestras almas estarán seguras, guardadas en Cristo, no temen porque si ustedes esperan en Dios, nunca van a resbalarse.

Amigos, Dios ahorita te está llamando y te quiere sacar de la crisis en cual tú te encuentras. Por lo tanto acepta a Jesucristo como tu único Salvador y eterno Redentor para que seas salvo y para siempre guardado en las manos de tu Hacedor. Amen