sábado, 6 de octubre de 2012


Las naciones gimen por unidad:

Después del amanecer me puse a leer las noticias mientras disfrutaba el resplandor del sol que Dios cada mañana me permite ver y sentir. Al leer los títulos, que son para mí a veces las suficientes fuentes de información para saber de lo que está pasando en el mundo, me di cuenta que muchas naciones en todos los continentes de la tierra están en huelga, luchando por una mejor política socio económica  según las noticias están subiendo los impuestos y tratando de gastar menos dinero en la educación y la salud por la necesidad del país de ahorrar en las finanzas. Por supuesta  que esta decisión afecta a las clases de la sociedad, cuales económicamente no tienen los requisitos para sobrevivir en el caso si les cortan la ayuda en la salud y educación. Es comprensible que una nación al escuchar estas decisiones del gobierno puede ser impulsada a hacer una marcha contra el gobierno.

 Este caso se ha manifestado en muchos países Europeos como en Italia, Portugal, España, Grecia y Eslovenia. ¿Pero qué exactamente pasa al luchar de esta manera contra una ley establecida? El propósito de una manifestación es mostrar que una parte significativa de la población está a favor o en contra de una determinada política, persona, ley, etcétera. Lo que realmente pasa es la creación de la desunión entre la nación. Es cierto que en tal situación uno quiere cambiar las cosas a bien pero al actuar así  tenemos que tomar en consideración que nuestra actitud puede crear una reacción en cadena. A nuestra opinión se añada otra opinión de otras personas, con el resultado que una gran cantidad de gente hace manifestaciones en contra el gobierne, ósea en contra el propio pueblo.

 Mas Jesús nos dice en Lucas capitulo 11 verso 17: “Todo reino divido contra sí mismo, es asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae”  La división no es creación de Dios, es la del hombre y se expresa en diferentes formas en una nación como el racismo. Tratar de ejercer su propia justicia lleva a causa una división tremenda que a veces puede terminar en una guerra civil y hasta a una guerra mundial. Después de ver las matanzas de estas dos,  deberíamos aprender que todo lo que es creado del hombre sean diferentes ideologías o sistemas políticas tienen una falla  y esta es de no poder unir a la gente. Un sistema conviene a una parte y otro sistema conviene a la otra del pueblo. La sociedad se divide en partidos y somos marcados con colores y siglas, presentando los ideales del partido. Tomen en cuenta que la palabra “Partido” tiene sus raíces en la palabra latina “Pars” que significa “parte” o “dirección”. Pero la palabra de Dios nos explica: Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer”

Naciones, les pido igual como el apóstol Pablo le pidió a Corintios, sean un solo pueblo unido. Recuerdan que todas la guerras empezaron con un pensamiento en contra de una persona, sistema o nación teniendo por causa naciones, pueblos y hasta familias dividas. Os ruego América, Asia, África, Europa y Oceanía que escuchen a Dios y déjense dirigir por Su sabiduría, cual no cree división sino unidad. Acepten a Jesús como su único Redentor para que sean salvo por su gracia, para que sean salvo de todo desacuerdos  que lleva a causa guerra y muerte. Dios bendiga sus naciones, pueblos y sus familias. 

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