La
lámpara de nuestro cuerpo
El
mundo nos enseña cada día que enfermo que esta. Vemos guerra, sequia,
enfermedades y pobreza en la televisión o en los periódicos. Observando las
circunstancias que están más cercas a nosotros, podemos ver a veces problemas familiares o problemas en
el trabajo. Hagamos un vistazo en nuestro corazón y vamos a encontrar heridas
cuales traemos desde la niñez por circunstancias de la vida por ejemplo
maltrato de los padres o discriminación en la escuela. “Vemos, observamos y hagamos
un vistazo” Son nuestros ojos que nos ayudan a observar lo que el mundo nos
enseña, pero muchas veces vemos las situaciones en cuales vivimos solo del lado
negativo. Somos capaces de decir que el
mundo ya se va a acabar, nunca vamos a tener éxito en el trabajo o nos damos
cuenta que guardamos rencor contra alguien que nos trae tristeza o amargura a nuestras
vidas.
En Mateo 6: 22-23 dice:” La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es
bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu
cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas,
¿cuántas no serán las mismas tinieblas? La palabra de Dios nos enseña que al
ver solo los lados negativos, nuestro cuerpo se llena con tinieblas:
Negativismo, tristeza y depresiones. Todos estos sentimientos son productos de
los daños que recibió nuestra alma durante en las situaciones difíciles y esto
nos lleva que nuestro cuerpo se llena con tantas tinieblas que para nosotros el mundo exterior ya solo nos
parece como un mundo llenos de fracasos.
Pero hay alguien cuyo nombre es Jesucristo que es capaz de cerrar
estas heridas para que seamos capaces de llenar nos con luz y empezar a ver las
maravillas que Jesús hace en esta tierra día tras día. Amigo, acepta a Jesús
porque él es la luz, la luz que te llena y te enseña lo maravilloso que es de
vivir una vida en Cristo sin tristeza y sin preocupaciones. Permite que
Jesucristo, la luz del mundo alumbre nuestro cuerpo y more en ti para ver la
Gloria de Dios.
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